Esta herramienta se utiliza comúnmente para detectar arritmias cardíacas sospechosas y diagnosticar la falta de flujo sanguíneo en el músculo cardíaco, conocida como isquemia.
¿En qué consiste el examen?
Para realizar una monitorización ambulatoria del electrocardiograma, se coloca el Holter en el tórax del paciente y se conecta a varios electrodos. Durante un periodo de al menos 24 horas, el Holter registra y almacena la actividad eléctrica del corazón del paciente, que se procesa posteriormente en un ordenador para obtener información útil sobre la frecuencia cardiaca y posibles arritmias.
El holter es un examen indoloro y no invasivo. No necesitas estar en ayunas ni se requiere preparación especial antes del examen. Simplemente, tendrás que llevar el holter puesto y continuar con tus actividades diarias normales.
Aunque el Holter convencional puede ser limitado en pacientes con síntomas poco frecuentes, existe una alternativa: el Holter implantable subcutáneo, que se coloca bajo la piel mediante anestesia local y almacena de forma continua la actividad eléctrica del corazón en una memoria. Este dispositivo cuenta con un pulsador externo que el paciente puede activar cuando presente síntomas, lo que permite registrar la información del electrocardiograma durante esos episodios. De esta manera, se puede establecer una relación entre los síntomas del paciente y las posibles arritmias que puedan aparecer en el electrocardiograma y tratarlas adecuadamente. El Holter implantable puede durar hasta 12 meses y permite hasta 400 activaciones del pulsador.